martes, 15 de noviembre de 2011

Discurso de Toyohiko Tomioka en los Premios Príncipe de Asturias



A pesar de las más que evidentes dificultades del intérprete, que podían haber convertido este parlamento en un sketch mundialmente conocido, la presencia del Capitán Tomioka es tan potente que logra transformar todo intento de mofa en un acceso de ternura y admiración inmediato y arrasador. Y su fuerza no está en su uniforme, ni en su rango, ni siquiera en sus palabras, escritas para la ocasión y emitidas nerviosamente, no...Su mayor arma es esa humildad que rezuma por todos los poros de su persona, esa mirada cansada pero franca y servicial que nos conmueve sin medida, esa ternura que irradian sus repetidos saludos una vez que ha salido del centro del foco para llegar hasta su silla, escondida entre las demás...Una vez más, el lenguaje del cuerpo, que siempre nos delata el alma, ha vencido al lenguaje verbal, que causa confusiones y desencuentros. Bien por el samurai Toyohiko Tomioka!...Me guardo en el corazón su deseo de felicidad para todos los que le hemos dado ese premio, que, cómo no, él no duda en pensar y aceptar como tal que no es sólo para ellos, ese grupo reducido de trabajadores de Fukushima que están exponiendo sus vidas al máximo peligro, sino para todos y cada uno de los japoneses, sus compatriotas, a los que él y sus compañeros están intentando devolver la vida y alargarla...si es posible.

Los héroes de Fukushima...mis héroes



En pocas pero precisas y acertadas palabras, los japoneses nos enseñan quiénes son y por qué hacen las cosas...No puedo estar más de acuerdo con ellos, mis queridos samurais. Ojalá aprendiéramos una milésima parte de su puesta al frente de la vida...