Pero lo que sí quiero es expresar mi admiración a ese pueblo tan acogedor que habita en la magia todavía y que siempre tiene una sonrisa que regalarte. Un país mezcla de espiritualidad y belleza, con una viruela de templos y estupas. Y Buda en todos sus rincones. Ojalá la libertad les sea devuelta muy pronto. Es un derecho.
Este dibujo es mi ofrenda a ese gran país que es Birmania, que fue mi inspiración desde que el lápiz se deslizó en el primer trazo por el desnudo papel.
Por todas las sonrisas recibidas, gracias.








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